Prados altos. El aire parece afligido
de no darse en plenitud y que, justo por eso,
espira con mayor fuerza. ¿Se sopla
a sí mismo, el aire? Rotaciones
y otras regularidades debe de haber;
a fin de cuentas, nos fue dado el número,
sin que hasta ahora sea seguro
que no nos cayera del cielo
como los ángeles de Dios;
así lo describieron algunos. Caballos
de oscuros impregnados ojos se nos acercan,
adentran los nuestros, vencen
las cabezas para que las manos vean
de recto ver. Traen la paz.
Aquí y ahora,
ni la palabra ni el número tienen habitación,
sólo un vacío, sacio de batirse
con el real vivir, lo visible invisible,
el encima abajo, el ilímite afuera, fuera, no
dentro ni al lado del O2, H2O o E=mc2 que nos son
como seres dados a morir. Ese día, ella
era aún inexpugnable estar; luego,
quedó solo el viento blanco.
Es, la paz, el hogar de quienes, mirando,
alcanzan a verse en el sin fin de una mano
carente de domicilio fijo
pero que lo sostiene todo, equinos y ser.
de no darse en plenitud y que, justo por eso,
espira con mayor fuerza. ¿Se sopla
a sí mismo, el aire? Rotaciones
y otras regularidades debe de haber;
a fin de cuentas, nos fue dado el número,
sin que hasta ahora sea seguro
que no nos cayera del cielo
como los ángeles de Dios;
así lo describieron algunos. Caballos
de oscuros impregnados ojos se nos acercan,
adentran los nuestros, vencen
las cabezas para que las manos vean
de recto ver. Traen la paz.
Aquí y ahora,
ni la palabra ni el número tienen habitación,
sólo un vacío, sacio de batirse
con el real vivir, lo visible invisible,
el encima abajo, el ilímite afuera, fuera, no
dentro ni al lado del O2, H2O o E=mc2 que nos son
como seres dados a morir. Ese día, ella
era aún inexpugnable estar; luego,
quedó solo el viento blanco.
Es, la paz, el hogar de quienes, mirando,
alcanzan a verse en el sin fin de una mano
carente de domicilio fijo
pero que lo sostiene todo, equinos y ser.
Estadísticas: Publicado por Julio Bonal — Sab, 25 Ene 2025 1:08